miércoles, 7 de diciembre de 2011

ARTISTAS PARA UNA COLECCIÓN * Eugenio Granell – Laxeiro – Roberto González Fernández – Luis Seoane – Xaime Quessada

Con nuestra habitual exposición de navidad queremos hacer un homenaje a aquellos artistas con los que comenzamos nuestra andadura en 1988.


Con Laxeiro realizamos la exposición inaugural de la Galería en abril de 1988, el artista había preparado expresamente una selección de carboncillos y tintas para dar la alternativa a un nuevo espacio que, en aquellos años, pretendía reivindicar a las vanguardias históricas gallegas así como difundir a los jóvenes artistas que estaban haciendo evolucionar nuestro panorama artístico.


Laxeiro. Nena. Carboncillo. 1975.


Eugenio F. Granell, acababa de realizar su primera gran retrospectiva en el Kiosco Alfonso en los últimos meses de 1987. El genial surrealista coruñés accedió a exponer en la galería sus óleos y gouaches en el otoño de 1988, Tras esta muestra siguieron dos individuales, una en noviembre de 1992 con motivo de la celebración de su 80 aniversario y la antológica de dibujos que presentó en octubre de 1998. Granell también ha estado presente en más de 8 exposiciones colectivas programadas por la Galería.

Eugenio F. Granell. Matrimonio pirotécnico. Gouache. 1988.

Roberto González Fernández, había expuesto su antológica en el Kiosco Alfonso en 1997, y en 1991 realizamos su primera exposición en la Galería “In memoriam”, dedicada a su padre recién fallecido. Tras esta exposición la galería ha realizado más de 15 exposiciones individuales del artista y un buen número de colectivas. Roberto González se ha convertido en el artista con más exposiciones en la galería debido a una buena relación de amistad y su vinculación con A Coruña.
Roberto González Fernández. La Coruña. O/l. 2006.


La relación de Luis Seoane con la Galería se establece a través de su viuda, Maruja Seoane, en 1989. Desde entonces hemos hecho una labor de difusión de la obra del artista en colaboración con su esposa. Fruto de esta iniciativa se realizaron cinco exposiciones individuales: Dibujos (1990), Dibujos para el libro Gil Vicente (1991), Óleos (1992), Témperas estarcidas (1995), Xilografías (1996). También se difundió su obra con 10 exposiciones colectivas.

Luis Seoane. Bodegón de la centolla. O/l., 1975.


Xaime Quessada junto a Acisclo, en 1990 realizaron una gran antológica en el Kiosco Alfonso y desde entonces ha estado ligado a la Galería Pardo Bazán hasta su fallecimiento. Fruto de esta relación la galería acogió una exposición individual de su obra y varias colectivas. 
Xaime Quessada. Muller. O/l. 1999 ca.

En homenaje a estos cinco artistas realizamos esta exposición colectiva en la Galería.


La exposición permanecerá abierta al público durante el mes de Diciembre de 2011 y Enero de 2012, en horario de 19,00 a 21,00 horas de lunes a viernes y de 12,30 a 14,00 los sábados.

miércoles, 19 de octubre de 2011

MAGRI A.J.P. Todo es verdad menos la vida

Inauguración: viernes, 28 de octubre de 2011 a las 8 de la tarde



En esta cuarta exposición que el pintor de Toulouse residente en Pontedeume, Alain J.P. Magri, realiza en la Galería Pardo Bazán se presenta la última obra realizada durante los años 2010 y 2011.

Alain J.P. Magri en sus anteriores exposiciones –“Pincel y Pixel” (2000) y “Destino móvil” (2005) – mostraba a través de cuadros digitales un mundo perteneciente al ámbito del diseño, publicidad y los media que hacía confrontar con la realidad social de nuestro presente en un choque lleno de humor, inteligencia y con un cierto componente irónico hacia lo que nos depara el futuro.
En 2008 con la exposición “Uno visibilidad Cero”, el píxel sucumbe ante la manufactura de unas obras tridimensionales realizadas con productos industriales y objetos cotidianos de nuestra sociedad, que aludían a los procesos transformadores que cambián el sentido y esencia de los materiales o seres. El hombre tras la muerte se transfoma en otras materias que dan continuidad a su esencia. En palabras del artista: “Son pequeños trozos de espíritus sin día ni noche, sin sentido de muerte, sin sentido de vida, donde sólo la luz es nuestra..”.
La nueva exposición que ahora se presenta en la galería, “Todo es verdad menos la vida”, supone un nuevo cambio de su estética tal y como nos tiene acostumbrados en los últimos 12 años. Su obra actual parte de un producto emocional, de composiciones creadas previamente con materiales orgánicos, industriales e, incluso, de fragmentos de su propia obra anterior. Esas naturalezas muertas habilmente combinadas se convierten en los datos que se intervienen informáticamente, en una segunda fase. El resultado es un juego plástico de sorprendente creatividad. Las composiciones libres que el autor ha realizado inicialmente son transformadas en composiciones sistemáticas y aleatorias por tratamientos informáticos. De esta manera ambas formas del proceso se complementan y coexisten.

El artista selecciona el resultado final entre las miles de combinaciones posibles. Este proceso lógico matemático pudiera parecer un sustituto de la organización de los instintos para ser transformados en simetría renovadora de vida. Imágenes gemelas, kaleidoscópicas que generan un sistema sin sistema. El conjunto alucinante de soledad de estas formas libres digitalizadas es tan falso como el verdadero y mucho más pobre, pero tiene un valor fundamental: su existencia, aunque haya sido manipulada como un mundo trivial o una magia amenazante. Intencionadamente el artista ha escogido un proceso de reproducción industrial distante y frío: una especie de infografía de las antípodas (imágenes especulares unidas por un eje). Una verdad transformada en otra y, ambas, tan variables y aleatorias como la vida misma.
Antonio Garrido

viernes, 11 de marzo de 2011

ROBERTO GONZÁLEZ FERNÁNDEZ - JACOB´S LADDER





Inauguración: viernes, 18 de marzo de 2011 a las 8 de la tarde














En un pasaje del Antiguo Testamento, Jacob duerme apoyado en una piedra y en el sueño se le aparece una escalera por la que suben y
bajan criaturas celestiales.
Muchas han sido las interpretaciones que se han dado e este pasaje y en la presente serie de pictografías, Roberto González Fernández, presenta como escenarios de ese sueño, una colección narrativa de imágenes semióticas.
En el conjunto de escenas se repite un esquema compositivo que recurre al paisaje con figuras, rodeando una arquitectura diáfana, como un pabellón, de un conjunto heterogéneo de personajes. El clasicismo de la coreo
grafía de cada situación retratada, parece evocar los grandes paisajes de Claude Gellée, también llamado Claude Lorrain.
En los cuadros del pintor del siglo XVII, la perspectiva ocupa el tercio inferior del lienzo y las partes superiores se dedican a la luz. En ese esquema trino, se representan escenas sólo expugnables a través de la lectura del título de la obra homónima. Pues de otro modo al ver el cuadro desde la distancia, sólo observa el visitante un bello paisaje, magníficamente iluminado, en el que unas arquitecturas retóricas y unos personajes de pequeño tamaño hacen progresiones dramáticas en un conjunto de esteticismo elevado.
Del mismo modo en el conjunto de obras pertenecientes a la serie de La escalera de Jacob, de Roberto González Fernández, se observa un paisaje frontal en el que una arquitectura de campo, una ruina caprichosa de un clasicismo revisitado de un jardín del jardinero inglés Capblity Brown o de un pabellón apócrifo del arquitecto posmoderno Philip Johnson, sirve de scenario a una acción teatral. Además hay imperio de la luz, con juegos de claroscuro deliciosos y una composición horizontal repartida en tres franjas que dedica a la tierra la inferior dejando las otras dos a ser ocupadas por la lontananza y la perspectiva.
Hay, pues, un cierto clasicismo en el decoro con el que se ordenan los elementos arquitectónicos de la escena. Y hay además un sentido semiótico en la forma en que se ordenan los personajes dentro de cada escena. Pues en un escenario esencialmente reiterado una y otra vez, se desarrollan acciones tan diversas, cuanto se permite el genio del autor. Y para conocer el contenido de la acción , es propio descifrar la semiótica de los personajes y sus vestidos y también, hacer la lectura del título de la obra para conocer el sentido discursivo de aquello que vemos.
En Claude Lorrain encontramos pues un cierto antecedente al gusto teatral y semiótico de las composiciones de Roberto González Fernández.
Además, no debe escapar a las escenas de RGF, la cita al origen del propio arte dramático en la antigua Grecia.
Los primeros teatros eran espacios, como las escenas de RGF, al aire libre. Aquellos eran lugares circulares en los que se ejecutaban unas danzas, unos coros, unos gestos o ditirambos.
El teatro griego contaba con tres elementos que acompañaban a los tres actores, las máscaras, los coturnos y las ropas.
En las fotografías intervenidas de RGF, hay también una referencia a estos tres elementos del teatro clásico. La más cara se emplea reiteradamente por los personajes que aparecen en cada escena. Es la máscara del héroe, el recurso que busca cada participante en la escena ad hoc, convocado por el artista, para magnificar o evidenciar su presencia en cada coreografía y escena coral.
En la dualidad de pecados y pietismos, encontramos al personaje encarnando la lujuria cubierto con máscara, y además encontramos como representación de la verdad, en otra escena, a la propia máscara romana de la boca de la verdad. La máscara se emplea pues, como recurso escénico teatral en estos pictográmas de RGF, lo mismo que los clásicos las usaban para agudizar la fuerza dramática de la voz o la visibilidad del personaje.
Los coturnos o apoyos para destacarse, son también recurrentes. Hay escaleras que suben en el homenaje al templo de las artes y hay también, cuadrúpedos que sirven de alza para citar al viaje. Hay en fin, un juego del disfraz y en la fotografía dedicada a la baraja española, los colores básicos de las capas de los personajes sirven como iconografía del hábito con significado. También, en la fotografía del juego del Riesgo, todos los personajes aparecen como corifeo vestidos de mono naranaja, otra toma de hábito semiótico.
Pero sin duda lo que destaca sobre las iconografías simbolistas de las creaciones de RGF, es su gusto por la flaneurie más trivial y a la vez más lúdica.
El artista pasea por escenas creando una colección de vicios y virtudes, de recuerdos y olvidos, de visitas y ausencias, sólo imaginables desde la observación caleidoscópica del paseante curioso. Aquel que en un viaje de invierno, en un verano en el mar, en un otoño tropical o una primavera patagónica, se queda maravillado de las progresiones de la gente que vive y que vibra.
¿Qué otra cosa son sino los paisajes con figuras, que las progresiones de misericordia y tentación de todas las generaciones del mundo, todas las noches, todos los días?
Román Padín Otero

martes, 11 de enero de 2011

MARÍA XOSÉ DÍAZ. 2000 M2.

Inauguración: Viernes, 21 de enero de 2011 a las 8,00 de la tarde.

María Xosé Díaz en su exposición retrospectiva realizada en el Auditorio de Galicia el pasado año, presentaba tres nuevas obras de corte intimista relacionadas con el jardín de su casa, un recinto íntimo en el que la escultora se refugia del exterior y
utiliza como espacio de relajación, requisitos imprescindibles para estimular la inspiración que dará paso a instalaciones, proyectos,
pequeñas obras, etc. Dos mil metros cuadrados de superficie que se convierten en un microcosmos en el que la artista se siente rodeada de las personas que quiere, de los objetos que conforman los elementos básicos de su trabajo y el lugar de su terapia existencial.

En las primeras obras relacionadas con su jardín aparecen novedades antes nunca utilizadas tales como la escayola, material que fusionado con el cáñamo facilita la construcción de espacios compartimentados no oclusos. Calados tabiques en los que el color blanco, la incidencia de la luz y la posibilidad de ser transitados por el espectador permiten la creación de interesantes relaciones visuales y paisajísticas. En otra de las obras presentadas en su exposición retrospectiva la geometría dialoga con la intimidad. Son cubos recubiertos de formas obtenidas con vaciados de escayola que “congelan” las hojas de las plantas de su jardín y crean una nívea epidermis que oculta un interior hermético. La tercera novedad presentada por la escultora son pequeñas ofrendas, blancos contenedores que albergan trozos de cuerda solidificada por el efecto de la escayola, pequeñas ramas y hojas que se muestran como exvotos de las muchas horas de intimidad, pensamientos y trabajo creativo de la propia artista.

En la exposición “2000 M2” que ahora presenta María Xosé Díaz en la Galería Pardo Bazán, casi un año después de su retrospectiva, insiste en su investigación con la escayola como hilo conductor para seguir desarrollando su último proyecto. En ese deseo de atrapar parte de su jardín, su alter ego creativo, y ofrecerlo al espectador presentará una instalación de quince metros cuadrados en la que espacio, sensibilidad y luz son los elementos capaces de generar y transmitir sensaciones al público que la circunda.

La segunda parte de la exposición es la consecuencia del proyecto concebido por Julia Ares y un grupo de artitas en la fábrica de vidrio “El Reflejo” en el otoño de 2010. La mayoría de ellos nunca habían trabajado con ese frágil material y el resultado de los diferentes proyectos creativos se exhibió el pasado diciembre en el Museo MACUF de A Coruña bajo el nombre de “Reflejarte”. Para esa exposición María Xosé Díaz nuevamente presentó unos cubos que, a diferencia con los anteriores de escayola, se hacían permeables dando otra visión complementaria de lo que para la escultora encierra su jardín. En la Galería Pardo Bazán se exhiben cubos de vidrio en los que se fusionan el color y las formas vegetales, junto a las no menos interesantes cajas de luz realizadas con cristal y aquellos objetos que la propia artista incorpora con la intención de querer detener el tiempo del espacio mágico que para ella supone su propio entorno privado. El conjunto de obras que se exhiben en la galería coruñesa es una muestra intimista y sensible en la que la luz, los reflejos y el espacio están llenos de diferentes sensaciones empáticas que, sin duda, atraparán al espectador en el expansivo mundo creativo de María Xosé Díaz.

Antonio Garrido

La exposición permanecerá abierta desde el 21 de Enero al 23 de Febrero de 2011, en horario de 19,00 a 21,00 horas de lunes a viernes, y de 12,30 a 14,00 horas los sábados.